La dieta debe ser variada, equilibrada e individualizada, sin normas nutricionales rígidas,
incluyendo alimentos de todos los grupos, con no más de un 25% de calorías en forma de
un solo alimento y valorando los gustos, las condiciones socioeconómicas y las costumbres
del niño, los cuales pueden realizar un gran ingreso energético en unas comidas en
detrimento de otras, con un consumo calórico global normal.
• Vigilar los menús escolares. A modo de ejemplo, se ofrecería como primeros platos:
verduras, legumbres, pasta, arroz; como segundos platos: pescados, carnes magras, huevos
con patatas, ensaladas o guarnición de verduras y como postres frutas y más
ocasionalmente leche o derivados lácteos. El agua debe ser la bebida de elección y el pan el
acompañamiento.
• Atender más a la calidad que a la cantidad de los alimentos.
• Presentar los alimentos de forma atractiva y variada.
• Establecer un horario, un lugar para las diferentes comidas y unas normas sencillas de
comportamiento, estimulándoles a colaborar en la colocación de la mesa y en la
preparación de los alimentos.
• Propiciar el mayor número de comidas en casa y en familia, no abusando de las comidas
fuera de casa y enseñándoles a solicitar un menú saludable con raciones adecuadas.
• Promover que los niños antes de comer se laven las manos y explicarles la importancia de
esta práctica. Luego en la mesa, hacer que se sientan correctamente y cuando coman
utilicen los cubiertos y beban en vaso. Dedicar el tiempo necesario para que aprendan a
comer solos con disfrute.
• Restringir las comidas rápidas (“comida basura” o “fast food”) ya que poseen un alto aporte
de sal, azúcares Ygrasas, con bajo contenido en minerales y vitaminas y una gran adicción a
la misma.
• El agua debe acompañar a todas las comidas.
• Usar preparaciones culinarias sencillas que aporten poca grasa (cocidos, asados, crudos, a la
plancha, al horno, al vapor, a la brasa, a la parrilla, escalfados, con microondas, a la
papillote) sin sal ni grasas, debiéndose usar de elección el aceite de oliva. En los estofados
controlar el aceite. Evitar los fritos, empanados y rebozados. Retirar la capa grasa tras
enfriar los caldos con huesos, tocino o carnes grasas. Evitar la manteca, el tocino (70-90%
grasa) y la nata.
• Evitar las salsas realizadas con aceite, mantequilla o huevo (mahonesa con 80-85% de
grasa).